Gracias, comadre!!!!

Teníamos como 12 años cuando llegaste a mi vida, y desde ese momento, hace más de 15 años (para qué entrar en detalle), no hemos dejado de estar en contacto. Pero hemos crecido, y ya convertidas en mujeres, podemos sentarnos y mirar hacia atrás los largos caminos recorridos, y las miles de experiencias vividas

Cómo olvidar nuestra época scout, los campamentos escolares con los junapios, los amores de verano y las frías mañanas donde decidimos no bañarnos… y qué decir de esa vez que no te quise prestar la chaqueta de jeans jajajaja…

Cómo olvidar las fiestas de cumpleaños, la de 15 donde fuiste disfrazada de novia embarazada (muy freak para la época), luego los 18, los 21 y así. Luego te casaste. Tú sabes que ese matrimonio nunca me convenció del todo, pero ahí estuvimos mano a mano, codo a codo cuando ocurrió todo lo que ocurrió (que es más freak que el disfraz de los 15), y logramos ponernos de pie y salir adelante

Luego vinieron los episodios de reconstrucción interna, de entrar al hangar, y las citas a ciegas y los clubes de solteros… hasta que apareció el que iba a ser el padre de tu hijo…

Entre medio, tuvimos que separarnos por pega. Entre medio, a mi me pasaron tantas cosas que por distancia y todos los motivos que de alguna forma traté de explicarte, no pude compartir contigo. Si me hiciste falta, asumo la responsabilidad, porque sé que habría contado siempre contigo

Pero paso el tiempo… y luego de 3 años recién pude compartir contigo este sentimiento que me hace tan feliz

Sabía que me apoyarías, pero temía que el hermoso regalo que nos prometimos a los 15 años, de ser madrinas de nuestros primeros hijos, tuviera algún tipo de influencia con confesarte esta decisión de vida, de decidir compartir mi vida con una mujer, con una maravillosa mujer que tú bien conoces y sabes cómo es

El temor estaba latente… pero ese abrazo dentro de los nervios y el rubor me dio la paz de saber que todo estaba bien, que mi pequeño seguía siendo mi ahijado, y luego de escucharte decir “bueno, ahora no tendrá una madrina, sino dos” sentí que sacaba una de las pesadas mochilas que cargo en la espalda. Luego, el abrazo de mi compadre días después y la invitación de que ambas fuéramos a visitarlos para el cumpleaños de mi niño, me hizo sentir que mi familia crecía

No puedo dejar de darte las gracias, porque nunca está de más. Gracias por aceptarme, por aceptarnos, por querer a mi niña, y por creer en nuestro proyecto

No sabes cuánto te quiero… a pesar de las distancias geográficas que nos separan, sabes que tenemos un lazo más fuerte que nada puede separar.

Nada